Se define al pH del agua como el logaritmo negativo de la concentración de iones hidrógeno del agua y es consecuencia de las sales que lleva en solución. Su valor es un índice indicativo de las características del agua.
Desde el punto de vista de la salación por membranas, ejerce dos tipos de acciones:
- Influye en la solubilidad de los carbonatos y regula por tanto su precipitación.
- Limita el empleo de las membranas de acetato de celulosa que a valores inferiores a 5 o superiores a 5, pueden experimentar hidrólisis.
La Reglamentación considera que las agua para consumo humano deben tener un pH entre 6,5 y 8,5.
Para el control de desinfección de un agua es de vital importancia mantener el nivel del pH 7,2 y 7,4. El poder de desinfección se verá fuertemente afectado según los valores del pH, donde será menos efectivo cuanto mayor sea el pH del agua.
El control del pH del agua se podrá controlar de manera manual, aplicando directo al tanque el químico, siendo siempre preferible mediante sistemas automáticos o semiautomáticos.
Para reducir el pH en el agua siempre se emplearán sustancias químicas de efecto ácido, sin embargo para poder elevar se utilizará sustancias con efecto básico .
Las sustancias químicas empleadas deben ser siempre homologadas y registradas en la competencia sanitaria.
