La dureza del agua puede ser de dos formas:
- Carbonatada, causada por los carbonatos, que incluye la porción de Calcio y Magnesio que se combina con el bicarbonato y las pequeñas cantidades de carbonato presente. Se llama también temporal porque desaparece al hervir el agua.
- No carbonatada o permanente, causada por los nitratos, cloruros y sulfatos de Ca y Mg y que es la diferencia entre dureza total y dureza carbonatada.
Normalmente la dureza viene expresada en grados franceses, considerando que a partir de 25º se considera agua dura. En la zona del Mediterráneo, la dureza puede alcanzar hasta los 50º franceses, es decir, agua extremadamente dura.
El método de contrarrestar cal al agua, por excelencia es el descalcificador o equipo de ablandamiento de agua. Aunque existen diversos métodos de tratar la dureza del agua, a día de hoy, el único sistema de tratamiento de agua que separa y rechaza directamente al desagüe el carbonato cálcico y el magnesio es el descalcificador. Dado que su eficacia está más que probada, es el método más implantado para la eliminación de la cal.
¿De qué manera influye la dureza del agua en nuestro hogar?
Un efecto fácilmente perceptible con agua de distinta dureza es su comportamiento cuando se mezcla con jabón. Cuando mezclamos la misma cantidad de jabón en una solución con agua dura y otra mucho menor, es fácil de apreciar la diferente reacción que se produce en una y otra, con un efecto activo notable en el agua de menor dureza. Dicho de otra manera, cuanto más blanda sea el agua, más se potencia las propiedades del jabón.
El hecho de que en nuestra vivienda tengamos agua dura tiene como consecuencia un mayor gasto económico en detergentes y suavizantes.
¿Qué podemos hacer para evitar la dureza en el agua?
Tal y como habíamos comentado anteriormente, la forma más efectiva de convertir un agua dura en agua blanda es con la implementación de un descalcificador en nuestra instalación de fontanería.
